Cada fin de año es un momento para encontrarnos, para mirarnos y para seguir recomponiendo lo que una pandemia nos quitó: Estar más tiempo juntos significativamente y en presencia. Ver a nuestros hijos e hijas. ¿Que podría emocionarnos más?
Lo que empieza termina y cada cierre es un comienzo. Los ciclos escolares deben terminar como una fiesta, una fiesta donde se celebra la verdadera riqueza y la verdadera ganancia, la verdadera construcción. Durante los últimos 10 meses, convivimos con sus hijos y con sus hijas. Los observamos y acompañamos. Es un trabajo arduo. Es un trabajo grandioso. Es un trabajo en el que estás casi sin piel entregándote por completo con mente, cuerpo, alma. Y donde el único centro es el de acompañar un desarrollo, el obedecer un plan, el rendirse humilde ante la autoconstrucción, el salirse de encima, el apartarse de prejuicios y rendirse a la labor diaria.
Es un trabajo intenso como pocos. Y este año hemos tenido un equipo fuerte y flexible, un equipo elástico que ha sabido tomar las formas que han sido requeridas. Tomarlas responsablemente y confiar. Confiar en los, las, les niñes. Confiar en sus formas, protegerlas.
Con este reconocimiento a las y los guías de nuestra escuela, y para las familias que lo hacen posible porque confían, les presentamos el registro de TORNADO, el musical que los niñas y niños de Taller Menor y Mayor, realizaron en nuestra ceremonia de fin de año. Agradecemos especialmente a Pedro Pavez, papá de León, quién lo registró y editó.
